
Ciudad de Alajuela. Valle central de Costa Rica, Centroamérica. Son las 12 del medio día de un caluroso miércoles de octubre del 2004. Como cada día en la temporada de lluvias, un repentino aguacero, con gotas como puños, ha venido a refrescar la tarde. Desde un improvisado refugio a la salida del aeropuerto, espero un taxi que me lleve al centro de la ciudad.
He llegado a Costa Rica con el propósito de recorrer sus parques nacionales. este es mi quinto viaje en bicicleta, estoy solo, y un lugar donde hablan tu mismo idioma siempre aporta una dosis extra de confianza. Hace tiempo que soñaba con pisar esta tierra que arranco los elogios del italiano Cristóbal Colon en su cuarto viaje. Me mueve distinta motivación, pero como a el, grandes dosis de entusiasmo. Y aquí estoy, me digo, impaciente por motar mi bicicleta, ponerme a pedalear y dejarme seducir por este apartado rincón del nuevo mundo
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